- ¿La viste salir? No la consigo localizar. Tiene el móvil
desconectado.
- Diría que se fue al principio de la noche. Parecía cansada. Ya
sabes cómo son estos meetings de
empresa. El director regional la está presionando mucho.
- No, seguro que no se fue sola. Me la está pegando otra vez. Menuda
zorra. Joder. No sé quién coño me mandaba liarme así… John, joder, tú sí que
eres un amigo. Ya te lo he dicho más de una vez esta noche. Joder, sí, eres un
buen tipo…
- Muy bien, George. Ahora cuelga el teléfono, termínate el trago e
intenta dormir un poco. Mañana lo verás todo con más perspectiva.
Es una persona
agradable, sobre todo cuando no bebe. Nos hemos hecho amigos con los años. Pertenece
al departamento que queda justo al final del pasillo, se encarga del servicio
post-venta para la costa este. En el trabajo solemos coincidir tres o cuatro
veces al día, además de las reuniones semanales de los lunes por la mañana. Cada
viernes quedamos para jugar a squash.
La semana pasada
preparamos una barbacoa con las familias. Helen estaba eufórica, no paraba de
hablar. Su hija mayor, Isabela, ha hecho muy buenas migas con nuestro Tom, me
decía entusiasmada ya de vuelta a casa. Tenemos que repetirlo, podríamos
invitarlos para Pascua, seguía insistiendo. Su mujer está encantada, me ha
confesado que aún no se podía creer la suerte que había tenido al encontrar un
hombre así, sentenció mientras yo peleaba con el mando para abrir la puerta
del garaje.
Ha estado toda la fiesta
inquieto. Llevaba toda la semana preparando esta noche especial, según él mismo
me había dicho. Está loco por ella. Se le nota. Tras una hora, ya se
había bebido tres whiskies. Sin hielo. Ni nada. Conversamos toda la noche. Bueno,
él hablaba. Realmente se había colgado de esa chica, aunque ella estaba jugando
con él, destrozándole el corazón, me confesó con un acento gangoso producto del
alcohol. A mí me daba un poco de pena, la verdad.
- Está un poco preocupado. Eso me ha parecido. Sí, lo está.
- ¿Crees que se huele algo? ¿Te dijo algo que te lo hiciera pensar?
- No, para nada. En el fondo, no tiene malicia. Además, estaba
demasiado borracho, el pobre.
- Bueno,
desconecta el teléfono de una vez y vuelve a la cama. Me ha costado tanto
escabullirme sin que me viera… Venga, llevo demasiado esperando sola en la
habitación mientras le dabas conversación… ¿Sabes?, tiene razón, eres un buen
tipo.